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¿Por qué digo SI, cuando lo que quiero es decir NO?



Tanto en el entorno personal como en el laboral, la asertividad es un TEMAZO que suelo abordar tanto en mis formaciones como en los procesos de coaching ejecutivo. Quiero por ello dedicar esta entrada a una habilidad fundamental para la que a muchos y muchas no nos han educado y que considero fundamental para sostener una sana autoestima, gestionar bien el estrés, tener relaciones saludables y por supuesto, para ser un buen líder: "La asertividad".



Me voy a centrar en el ámbito laboral, pero verás que todo es aplicable al ámbito personal.¿Te has encontrado alguna vez aceptando una tarea o petición cuando, en el fondo, querías decir que no? Si es así, no estás sol@. La dificultad para decir “no” en el ámbito profesional puede surgir por diversas razones, y comprenderlas es el primer paso para trabajar en nuestra capacidad de ser asertivos.



  1. El miedo al conflicto


Uno de los motivos más comunes por los que nos cuesta decir “no” es el temor a provocar un conflicto. Puede que temamos que decir que no, genere tensiones con compañeros o superiores, o incluso que afecte nuestra imagen laboral. Sin embargo, es fundamental recordar que la comunicación honesta y directa es clave para establecer relaciones laborales saludables.



2. El deseo de complacer


Muchos profesionales sienten la presión de hacer felices a los demás, ya sea a través de la aceptación de proyectos o al cumplir con las expectativas de sus jefes. Este deseo de complacer puede llevarnos a decir “sí” cuando realmente quisiéramos negarnos. Aunque es importante ser un buen compañero de equipo, también lo es cuidar de nuestros propios límites y bienestar.



3. La cultura empresarial


En algunas organizaciones, existe una cultura que fomenta la disponibilidad constante y la sobrecarga de trabajo. Si el entorno laboral no valora el equilibrio entre vida personal y trabajo, puede que sintamos que debemos aceptar cada propuesta por miedo a ser percibidos como poco comprometidos o perezosos. En tales ambientes, aprender a establecer límites se convierte en una habilidad esencial para el bienestar emocional.



4. La falta de claridad sobre nuestras prioridades


A veces, la dificultad para decir “no” es por falta de claridad sobre nuestras propias prioridades y objetivos. Si no estamos seguros de lo que es más importante para nosotros, es fácil dejarse llevar por las demandas externas. Tomarse el tiempo para reflexionar sobre nuestras metas y valores puede ayudarnos a tomar decisiones más alineadas con nuestras verdaderas aspiraciones.


5. Baja autoestima y miedo al rechazo


La autopercepción también juega un papel muy importante en todo esto. Aquellos que luchan con su autoestima pueden sentir que decir “no” es una forma de ser menos valiosos en el trabajo o que afectará su relación con los demás. Recordar que no todo el mundo puede estar siempre contento con nuestras decisiones es vital para construir una mentalidad más fuerte y resiliente.


6. La Trampa del Sí


Por último, hay que considerar que aceptar tareas adicionales puede crear una “trampa del sí”, donde nos cargamos de responsabilidades hasta el punto de perjudicar nuestra productividad y bienestar. Reconocer que decir “no” no es un signo de debilidad, sino una forma de gestionar nuestro tiempo y recursos de manera efectiva, es esencial para nuestro desarrollo profesional. Decir a todo que sí genera mucho estrés, te lo puedo asegurar.



¿Cómo mejorar nuestra asertividad?


Si te identificas con alguna de estas razones, no te preocupes, hay estrategias que puedes aplicar para sentirte más cómodo al decir “no”:



Practica la asertividad: Comienza con pequeñas negativas en situaciones cotidianas. Esto te ayudará a ganar confianza.


Establece límites claros: Define qué está bien para ti y qué no lo está. Comunícalo claramente a tu entorno.

Utiliza el “yo” en tus respuestas: Frases como “yo necesito” o “yo preferiría” pueden hacer que tu negativa suene más personal y menos confrontativa.

Ofrece alternativas: En lugar de una negativa rotunda, podrías sugerir otra opción o un plazo diferente.


Aprender a decir “no” es un arte que, cuando se domina, no solo beneficia a nuestra salud mental y emocional, sino que también mejora nuestras relaciones laborales.


Si es un tema que te cuesta, estaré encantada de darte información y contarte cómo te puedo ayudar como Coach Profesional, experta en gestión emocional con Tapping.


Elena Mendoza

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